ALICANTE PLAZA 26/09/2023

El proyecto de la estación del tranvía en terrenos de Renfe -que quedará conectada con la futura estación intermodal-, así como el proyecto de esta misma terminal -llamada a conectar ferrocarril, autobús y tranvía- parecen abocados a una previsible reformulación tras los cambios políticos registrados a partir de las elecciones municipales y autonómicas del pasado 28 de mayo. Así se ha apuntado ya a partir de dos manifestaciones públicas formuladas por el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, y por el alcalde de Alicante, Luis Barcala, en el transcurso de una misma semana.

El jefe del Consell fue el primero en abrir la espita, el pasado lunes, con motivo del acto conmemorativo de los 20 años de puesta en funcionamiento del sistema Tram. En ese momento, en el que dio por inaugurada una nueva etapa de inversiones en infraestructuras (citó la ejecución de la conexión del tranvía con el Hospital de San Juan o la implantación de ese sistema de transporte en Elche), señaló que la construcción de la nueva estación del tranvía en Renfe requiere todavía de la necesaria implicación del Gobierno, al ser el titular de los terrenos en los que debe ubicarse.

De hecho, fuentes de la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio señalaron este lunes, a consulta de Alicante Plaza, que esa implicación debe traducirse en un acuerdo de puesta a disposición del suelo, dependiente de Adif, que permita desbloquear su construcción. Todo, a pesar de que Adif ya emitió en abril de 2021 un informe favorable a la ejecución de esa estación en el emplazamiento propuesto, después de que el proyecto fuese presentado en el seno de la sociedad Avant: la entidad participada por el Gobierno, la Generalitat y el Ayuntamiento para el impulso de la llegada del AVE a Alicante en subterráneo, y para reurbanizar los terrenos liberados de las vías, además de ejecutar otras infraestructuras, como la estación intermodal.

Ese entendimiento, fue el que posibilitó que se redactase el proyecto de ejecución definitivo a cargo de la misma UTE que había redactado el proyecto básico, y que, tras varios retrasos, se acabase licitando la realización de las obras el pasado mes de abril, con un presupuesto de 132 millones. Se trata, de hecho, de un proyecto sujeto a las condiciones establecidas por Adif, de respeto a la integridad de las plazas del estacionamiento de vehículos en superficie que el gestor público explota entre la terminal de ferrocarril actual y los antiguos tinglados ferroviarios situados junto a la avenida de Aguilera.

Dicho proyecto se ajusta, también, a las mismas condiciones físicas y urbanísticas de ese entorno, en la medida en que el tramo de túnel tranviario ya ejecutado bajo la avenida de la Estación (que procede desde la estación de tranvía de Luceros y que debe conectar con la futura estación de Renfe), debe discurrir bajo el colector de pluviales preexistente en el subsuelo de la avenida de Salamanca. A ello, se añade, además, el requisito de protección del ficus situado junto al edificio de la actual estación de Renfe.

Esas circunstancias habrían forzado a plantear una estación a 16 metros de profundidad, de 12.000 metros cuadrados, distribuida en tres niveles: el primer nivel servirá para regular los accesos y el enlace con la futura estación de ferrocarril de Adif; el segundo será el nivel vestíbulo, en el que se prevé reservar algún espacio para actividades hosteleras o tiendas de pequeño tamaño, además de la ubicación de los tornos de validación de los billetes; y el tercero será el nivel de los andenes.

En ese último nivel, se dará cabida a cuatro vías (el doble de las disponibles en las estaciones subterráneas de Luceros, Mercado y Marq) con el fin de multiplicar la capacidad operativa de la red. Es decir, ganar espacio para facilitar la incorporación de más convoyes y ampliar frecuencias en las líneas ya en funcionamiento. Y, al tiempo, planificar otros ramales o líneas nuevas como los ya anunciados hacia los barrios de La Florida y Divina Pastora.

Diez empresas en liza

El lanzamiento del concurso de ejecución de obra atrajo a diez ofertas por parte de constructoras y de alianzas empresariales interesadas en asumir las obras de la estación, como informó este diario. Y sus propuestas se encuentran ahora en su última fase de evaluación antes de que pueda elevarse una propuesta de adjudicación, que debería ser inminente.

No obstante, las manifestaciones formuladas el pasado viernes por el alcalde de Alicante, Luis Barcala, en una comparecencia sobre el balance de los 100 primeros días del nuevo mandato, añadieron aún mayor incertidumbre a las palabras anticipadas por Mazón en la medida en que planteó la oportunidad de «repensar» tanto el proyecto de la estación del tranvía en Renfe, como el conjunto del proyecto de la estación intermodal (a la que la primera quedará conectada).

Sobre la terminal del Tram, señaló que podría no ser necesario una «megaestación» como la planteada (y licitada), cuando lo que sí resultaba conveniente fuera de toda duda era la posibilidad de generar nuevas líneas que conectasen con los barrios de la zona sur de la ciudad. Además, sobre la intermodal, apuntó que también podría resultar oportuno replantearla sopesando todas las alternativas posibles en la definición de la ordenación pormenorizada de la llamada Operación Integrada número 2 (incluso la alternativa del traslado a otro emplazamiento), en el supuesto de que  la estación de autobuses (que también debía integrarse en el proyecto) no tuviese encaje por falta de espacio (y, en su lugar, se optase por situar un intercambiador), o de que esa estación sí tuviese cabida, pero generase dificultades de tráfico en un entorno céntrico como la avenida de Salmanca, Bono Guarner o la avenida de Aguilera, cuando se está planteando su reurbanización para reducir carriles al tráfico privado para implantar un carril bus.

Proyecto primigenio de 40 millones

Por el momento, la planificación estructural de la Operación Integrada número 2 (OI/2) está aprobada de forma provisional, desde el pasado mes de mayo, manteniendo la reserva de suelo necesaria para incorporar la estación de autobuses, después de que la Concejalía de Transportes plantease una alegación en ese sentido. Y, hasta ahora, ni Barcala ni ningún responsable de la Generalitat ha planteado la posibilidad de dejar en suspenso el proceso de contratación de las obras de la estación del tranvía.

No obstante, fuentes consultadas precisaron que en el departamento autonómico de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio sí se estaría albergando la posibilidad de rescatar el proyecto original redactado hace más de una década para planificar esa nueva estación del tranvía en Renfe al considerar que podría resultar más funcional y menos gravosa en términos económicos en un contexto en el que no se tendrían recursos en cajapara hacer frente a una obra de 132 millones. De hecho, ese proyecto inicial tendría un coste de entre 30 y 40 millones, en lugar de los 132 en los que el anterior Consell del Botànic (PSPV, Compromís y Unides Podem EU) había presupuestado su construcción, con la previsión de financiar sus obras con cargo al fondo de infraestructuras comprometido por el Gobierno central y a las aportaciones del Plan de Recuperación y Resiliencia de la Unión Europea.

Ese proyecto original que podría recuperarse ahora se alumbró durante la etapa en la que el actual secretario autonómico de Infraestructuras y Transportes, Vicente Dómine, ejercía como director general de Transportes -antes de que, en 2015, se formase el primer Consell del Botànic- y comprende la construcción de una estación subterránea en el mismo emplazamiento que la proyectada ahora, pero con parte de su estructura situada sobre el nivel de superficie. Y, por tanto, dotada de menos profundidad: solo la suficiente para organizar los andenes, de en torno a unos cinco metros, según fuentes consultadas.

Además, también conllevaría cambios en su método constructivo, de modo que tanto la estación como el tramo de túnel pendiente entre Luceros y Renfe se ejecutarían a cielo abierto y no en excavación en mina. Eso sí, estaría por ver si ese proyecto podría obtener el beneplácito de Adif, que resulta necesario al ser el propietario de los terrenos.

Y también quedaría por concretar si esa reformulación del proyecto de la estación podría acabar alterando la ordenación planteada para la OI/2 y para la configuración de la futura estación intermodal al requerir de ocupación de suelo en el nivel de superficie, lo que restaría espacio para la intermodal o supondría desplazar alguna de las dos terminales.

Entre tanto, el PSPV ha movido ficha con el registro de una batería de preguntas parlamentarias, a través de su portavoz adjunta en les Corts, María José Salvador, en las que insta a la actual consellera de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio, Salomé Pradas, a explicar qué planes tiene para el proyecto de la estación de tranvía de Renfe, tras incidir en que «es un proyecto apunto de ser adjudicado que ha requerido muchos años de tramitación» y sostener que «no podemos ir hacia atrás». Así, en esa relación de preguntas, apremia al nuevo ejecutivo autonómico si piensa introducir cambios en el proyecto, en qué consisten y si afectarán al desarrollo de nuevas líneas. Al tiempo, también cuestiona sobre la ubicación pactada para la construcción de la futura estación de autobuses.