Arquitectos, ingenieros y urbanistas abogan por una gran infraestructura sin «interrupciones» en la que los vehículos no interfieran con el espacio peatonal
DIARIO INFORMACIÓN 04/07/2024
¿Cómo debería ser el futuro Parque Central de Alicante? Aunque las incógnitas sobre su diseño final aún andan lejos de resolverse, con una serie de trámites urbanísticos por desarrollar que se extenderán durante los próximos años, los expertos lo tienen claro: la gran infraestructura verde que la ciudad lleva décadas demandando debe ser continua, sin interrupciones del tráfico, y servir para conectar los barrios colindantes. Después de que el Ayuntamiento abriese esta semana un proceso de participación pública para preguntar a la ciudadanía sobre los detalles del Parque Central, reconocidos arquitectos, ingenieros y urbanistas de Alicante exponen a INFORMACIÓN las líneas sobre las que debería construirse la futura zona verde para cumplir con su función vertebradora.
Para el catedrático de Urbanística José Ramón Navarro Vera uno de los aspectos fundamentales para que el diseño sea un éxito es que resuelva la falta de conexión entre los barrios colindantes, así como aprovechar el espacio para resolver la falta de dotaciones e incluir en él «elementos de ciudad» que inviten a disfrutar del parque. Además, después de que el alcalde, Luis Barcala, insinuara que el concurso de proyectos podría ser restringido a estudios invitados, Navarro Vera cree fundamental que el certamen sea abierto a cualquier profesional de la arquitectura. «Hay arquitectos muy jóvenes e imaginativos que podrían aportar grandes conceptos originales», sostiene. También Emilio Vicedo, presidente del Colegio de Arquitectos de Alicante, apuesta por el modelo público: «Debe ser lo más abierto posible, para garantizar que elegimos el mejor diseño y el mejor equipo posibles». Sobre este sistema, Andrés Rico, presidente del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, cree que se debe «tener cuidado» con el formato abierto del concurso, ya que permitiría que «se presenten muchos Trabajos de Fin de Grado» que luego podrían «no ser materialmente realizables», como sostiene que ha ocurrido en el pasado con proyectos como el de la Casa de Cultura de El Campello. En cualquier caso, Rico argumenta que, en la medida de lo posible, «los coches deben quedarse fuera del parque para que no haya interrupciones» y se permita el paso peatonal «de principio a fin». Algo con lo que coincide Vicedo, aunque matiza que «sin olvidar que se deben impulsar los cinturones de Vía Parque y Gran Vía para poder terminar reduciendo el tráfico de la fachada litoral».
También Armando Ortuño, doctor en Ingeniería de Caminos y profesor de la UA, coincide en que el tráfico rodado debe quedar fuera de la futura zona verde: «Tiene que tener continuidad longitudinal para el disfrute peatonal, hay que evitar los pasos de vehículos a nivel que puedan fragmentar el parque en pequeñas plazas». Además, también considera que debe limitarse el paso de vehículos motorizados en el entorno, tanto en la «fachada» junto a San Blas y el PAU 2 como en el lateral de Alipark y La Florida. De esta manera, se evitaría el «efecto isla» que podría generar una barrera de tráfico y hacer el parque menos atractivo para los vecinos.
Del mismo modo, el arquitecto Javier García-Solera apuesta por «aprovechar la oportunidad de que sea un gran pulmón para la ciudad» que se mire en el espejo del parque del Retiro, donde hay encaje para zonas deportivas, exposiciones, paseos, hostelería dispersa… En cualquier caso, por su difícil encaje, sus características particulares y su complejidad técnica, García-Solera sostiene que «no es un proyecto para hablar, sino para arremangarse en torno a una mesa y ponerse a diseñar».